sábado, 20 de enero de 2018

Una advertencia sobre un fenómeno más común de lo que se piensa: El del “artista maldito”

No puedo desaprovechar la oportunidad para advertir sobre lo que le ocurre a ciertas personas incautas que arriesgan su suerte al tomar el camino equivocado para lograr “sus sueños”.
Esta entrada me la inspiró la película El Cantante, filme que trata sobre la vida del que fue un famosísimo y exitosísimo cantante de salsa: Héctor Lavoe, el gran referente de la Fania All Star y uno de los tantos que se pueden considerar “artistas malditos”.
Héctor Pérez de nacimiento, se le muere el hermano mayor a una aún joven edad para pronto después volverse en el famoso icono del fenómeno salsa. Después drogadicto empedernido -hasta se inyectaba heroína- y en plena cúspide de la fama, en unos pocos meses se le mueren la suegra a puñaladas, luego su padre y después su único hijo (accidentalmente de un disparo con un arma perteneciente al mismo Lavoe). Al poco tiempo contraería el sida, luego sobreviviría a una caída autodecidida desde un piso alto de un edificio y luego, no mucho después, muere aún joven por la enfermedad.
¿Qué tiene que mostrarnos la vida de Lavoe? Mucho. En primer lugar, Lavoe pertenecía a un culto demoníaco en el que se invocan y hacen sacrificios a demonios para pedir favores y “protección”. Fíjese el lector en el precio que le costó dichos favores y si en verdad estaba protegido.
¿Es el caso de Héctor Lavoe algo aislado? Para nada, y ahí es donde hay que advertir sobre ello. Estos casos son muy comunes en el mundo artístico. Tenemos ejemplos de ello desde otros tiempos, como los ejemplos de Gustavo Bécquer, Lord Byron y Federico García Lorca, poetas que tuvieron una vida licenciosa y desgraciada al mismo tiempo, y en nuestros días, casos como los del grupo de los 27, o grupo de artistas del mundo del rock, de vida licenciosa y desgraciada, que murieron a la edad de 27 años: Bon Scott, Brian Johnson, John Paul Jones, Kurt Cobain, Jim Morrison y Janis Joplin, entre otros. Igualmente, tenemos otros casos de vidas desgraciadas en el mundo del arte, cosa “normal”, como en los casos de Whitney Houston, Michael Jackson, Freddy Mercury, en Venezuela Cayayo Troconis, y un larguísimo etcétera. Incluso hay un caso de unos hermanos, los Wachowski, directores de películas, que estando incluso casados, “decidieron” ambos cambiarse el sexo por medios médicos. Hay que ver el discurso que dieron una vez cambiados de sexo para darse cuenta de si fue una decisión u otra cosa.
En definitiva, hay algo en el mundo del arte y la farándula que resulta pernicioso, que le desgracia la vida a gran parte de sus miembros. No somos investigadores para saberlo, pero sí podemos deducirlo: Lavoe, por ejemplo, cantaba una canción blasfema en la que decía que “Cómo lo escupieron, cómo lo empujaron, cómo lo maltrataron…es el Todopoderoso”, es decir, se comportaba como los que han tomado la decisión equivocada de ser famosos a cualquier precio, cuidado si por su alma.

p.s. No pretendemos recomendarte que te mantengas alejado del mundo del arte y la farándula, sino que te des a respetar y no cambies tu religión por fama y dinero pues lo vas a lamentar. De hecho, esto lo suelen advertir de una manera u otra muchos artistas caídos en la trampa. Por ejemplo, no vale la pena arriesgarse a caer en un submundillo en el que, como se advierte más o menos en la canción Hotel California del grupo The Eagles, “se entra de manera fácil, pero te es imposible salir”. 

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