jueves, 11 de mayo de 2017

Advertencia sobre cierta literatura que trata sobre asuntos de fe

A pesar de ya estar acostumbrado a leer literatura peligrosa sobre asuntos de fe (redactada por quienes no tienen fe), debo reconocer que acabo de ser nuevamente decepcionado por ese tipo de literatura.
Esta vez, por ser un libro que trata sobre “La vida de Jesús”, esperaba un reconfortante trabajo serio y rigurosamente desapasionado sobre lo más probable, según las evidencias, que se puede deducir sobre la vida del Mesías.
Por supuesto, esperaba que el autor hurgase en textos bíblicos y no bíblicos, así como en pruebas verosímiles de cualquier tipo, para describir lo más seria y rigurosamente posible lo que se pueda saber sobre una de las personas más importantes, si no la más importante, que ha caminado sobre la Tierra. Y reconozco, además, que me sorprendió encontrar juicios impertinentes (Aparte de algo de sordidez y de repugnancia que el islamismo ha llevado consigo a toda la tierra santa… p.95) o interpretaciones religiosas arriesgadas (Forma definitiva de las ideas de Jesús sobre el reino de Dios), de modo que, aunque se basase parcialmente en textos hostiles al Mesías, el libro fuese al menos aclarador en algún sentido (por ejemplo, el libro Comentario sobre las guerras de las Galias de Julio César es gráficamente instructivo sobre las culturas contra las que combatía).
Sí, el libro “La vida de Jesús” de Ernesto Renán se basa también en la Biblia, pero, sobre todo, en textos de autores hostiles a Jesús (p.ej. ciertos textos del Talmud). Por supuesto, esto no le quitaría valor a la obra si fuese un estudio desapasionado; pero no lo es.
En una obra que se escribe con espíritu crítico científico se aclara quién es su autor, a qué se dedica o dedicaba, cuál es su postura sobre el tema a tratar, qué método empleó para verificar verdades o mentiras, por y para qué se redacta una obra de este tipo, etc. En este libro se especula. De hecho, no contrasta ciertas afirmaciones que se expresan en la Biblia con la realidad, lo que sí hacemos las personas de fe.
En una obra que se escribe con espíritu crítico científico se aclara la veracidad de las afirmaciones de las fuentes, se investiga a las fuentes, se acredita o desacredita a las fuentes, etc. En este libro, repito, más bien se especula.
Aclaro que no estoy tratando de desprestigiar una obra solo por el hecho de no compartir su postura sobre el tema (de hecho, parece un panfleto revolucionario en pro de una contradictoria teocracia marxista: “El reino de Dios concebido como el advenimiento de los pobres”). Simplemente me parece que hay que advertir sobre un libro que, pretendiendo estar guiado por espíritu crítico, expresa dogmas apócrifos y se basa incluso en fuentes poco fiables y hasta contradictorias (p.ej. la opinión de diversos “teólogos”, y la suya propia). También levanta sospechas la redacción original de semejante obra en la época en que se hizo: a mediados del siglo 19, la época precedente al nuevo orden seglar.
En definitiva, y es la alerta que quiero transmitir en esta entrada, al emprenderse la composición de algún material sobre los asuntos de fe,  téngase fe. Y cuando se lea algo sobre los asuntos  de fe, séase crítico, muy crítico, pues los enemigos de la fe no suelen ser serios ni rigurosos, y a veces hasta se hacen pasar por personas no hostiles contra la fe.

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